Tipos de mordida dental: cómo identificarlos y mejorar la función

Ortodoncia Quirúrgica

Cuando hablamos de tipos de mordida dental, nos referimos a cómo encajan los dientes de las arcadas superior e inferior al cerrar la boca. Una oclusión ideal permite una función eficiente y evita desgaste, estrés en la articulación y problemas musculares. Pero muchas personas presentan alteraciones en ese encaje, conocidas como maloclusiones, que pueden requerir tratamiento especializado. En el contexto de la Ortodoncia quirúrgica, en Clínica Orthofacial valoramos esos casos más complejos que necesitan no solo mover dientes, sino ajustar la estructura ósea para lograr una oclusión estable y estética.

A continuación analizaremos los principales tipos de mordida dental, cómo reconocerlos, sus efectos y cuándo es necesaria la intervención quirúrgica para corregirlos.

¿Qué es una mordida correcta (oclusión normal)?

Antes de enumerar las alteraciones, conviene saber qué se considera una mordida ideal. En una oclusión normal, los dientes superiores encajan ligeramente por delante de los inferiores, los caninos encajan adecuadamente, y la relación entre maxilar y mandíbula es armónica. Esta situación se denomina Clase I dentro de la clasificación de Angle, y es el punto de referencia contra el que se evalúan las alteraciones. 

Cuando esa relación se desvía por factores dentales o esqueletales, hablamos de maloclusiones.

Principales tipos de mordida dental

Existen varios tipos de mordida dental que describen cómo se desvían los dientes o la estructura ósea de la posición ideal. Aquí los más comunes:

Clase I (oclusión normal con posibles discrepancias dentales)

En esta clase, la relación ósea entre maxilar y mandíbula es generalmente correcta, pero puede haber problemas dentales como apiñamientos, rotaciones o desalineaciones.

Aquí, la intervención suele centrarse en ortodoncia sin necesidad de cirugía.

Clase II (mordida retrusiva / sobremordida)

En la Clase II, la mandíbula se posiciona hacia atrás respecto al maxilar, provocando que los dientes superiores “sobreesalgan” o que los inferiores queden retraídos. Esto puede generar una sobremordida, con impacto en la estética y funcionalidad.

Este tipo de mordida puede beneficiarse del uso de aparatos de avance mandibular o de Ortodoncia quirúrgica en casos donde la discrepancia sea ósea.

Clase III (mordida prognática)

Cuando la mandíbula sobresale respecto al maxilar, se produce una mordida tipo Clase III, también conocida como prognatismo mandibular. En estos casos, los dientes inferiores se sitúan por delante de los superiores en el cierre de la boca.

Para los casos leves puede usarse ortodoncia, pero si la discrepancia es ósea severa es habitual requerir Ortodoncia quirúrgica para realinear los huesos y lograr una oclusión adecuada.

Mordida abierta

La mordida abierta se caracteriza por que al cerrar la boca los dientes superiores e inferiores no llegan a contactarse en algún sector, generalmente en la zona anterior.

Los pacientes con mordida abierta suelen presentar dificultades para morder alimentos, problemas del habla y una carga excesiva en los dientes posteriores. En ciertos casos, este tipo de mordida requiere tratamiento combinado con cirugía si tiene un componente esquelético.

Mordida cruzada

En la mordida cruzada, algunos dientes superiores quedan por detrás de los inferiores al cerrar. Puede ser cruzada anterior (zona frontal) o cruzada posterior (molares).

Esta disarmonía provoca fuerzas incorrectas sobre los dientes y puede originar asimetrías faciales, desgaste dental y tensión en la articulación temporomandibular.

Sobremordida profunda y bordes a borde

La sobremordida profunda ocurre cuando los dientes superiores cubren excesivamente los inferiores al cerrar, mientras que el borde a borde implica un contacto directo entre los bordes incisales superiores e inferiores, sin espacio intermedio.

Ambas variaciones pueden causar desgaste dental serio y presión sobre tejidos blandos, y a veces requieren intervención avanzada.

¿Por qué es importante corregir los tipos de mordida dental?

Cada tipo de maloclusión no corregido puede desencadenar múltiples consecuencias adversas. Algunas de ellas son:

  • Desgaste prematuro del esmalte dental. 
  • Dolor mandibular y en la articulación temporomandibular (ATM). 
  • Dificultad para masticar adecuadamente. 
  • Desequilibrios musculares faciales. 
  • Alteraciones del habla en ciertos casos. 
  • Impacto estético y en la confianza del paciente. 

El objetivo del tratamiento no es solo colocar dientes “bonitos”, sino lograr una función adecuada, estabilidad a largo plazo y una armonía facial integral.

Cuándo la ortodoncia no basta: intervención quirúrgica

Muchas maloclusiones se pueden corregir solo con ortodoncia, pero hay situaciones en las que los tipos de mordida dental tienen un componente esquelético que requiere intervención mediante Ortodoncia quirúrgica.

Estos casos suelen presentarse cuando:

  • Hay discrepancia ósea significativa. 
  • La mordida Clase II o Clase III es muy marcada. 
  • Existen asimetrías faciales asociadas. 
  • La ATM o musculatura muestran signos de sufrimiento o dolor por la desalineación. 

La Ortodoncia quirúrgica combina movimientos dentales previa y posteriormente con la cirugía ortognática para reposicionar maxilar o mandíbula. Esto permite obtener una mordida funcional estable y una estética mejorada.

Proceso de diagnóstico y tratamiento

Evaluación inicial: radiografías, análisis cefalométrico, modelos 3D y estudio facial.

Tratamiento prequirúrgico (ortodoncia de preparación): alinear dentición para que encaje tras la cirugía.

Cirugía ortognática: reposicionamiento óseo para corregir la discrepancia esquelética.

Ortodoncia postquirúrgica: ajustes finales para lograr una oclusión perfecta.

Seguimiento y mantenimiento: vigilancia a largo plazo para asegurar estabilidad.

 

En Clínica Orthofacial, este proceso se lleva a cabo con planificación tridimensional, colaboración entre ortodoncistas y cirujanos y atención personalizada en cada fase.

Preguntas frecuentes sobre tipos de mordida dental y ortodoncia quirúrgica

¿A qué edad se puede corregir una maloclusión?
La mayoría de casos se pueden plantear cuando finaliza el crecimiento óseo (alrededor de los 18 años), aunque muchas alteraciones pueden identificarse antes.

¿La cirugía duele?
Durante la cirugía no hay dolor (se realiza bajo anestesia). En el postoperatorio las molestias se controlan con analgésicos adecuados.

¿Cuánto dura todo el tratamiento?
Depende de la complejidad, pero suele extenderse entre 12 y 24 meses entre ortodoncia y cirugía combinada.

¿Se utilizan brackets metálicos o hay opciones estéticas?
Se pueden utilizar brackets metálicos, cerámicos o alineadores como parte de la ortodoncia pre y postquirúrgica, dependiendo del caso.

Conclusión

Comprender los tipos de mordida dental es esencial para reconocer cuándo una alteración es meramente dental y su tratamiento puede lograrse con ortodoncia o cuándo requiere un enfoque más profundo con Ortodoncia quirúrgica. En los casos complejos que involucran desalineaciones óseas, la intervención quirúrgica permite corregir la estructura facial y lograr una oclusión estable y estética.

En Clínica Orthofacial, combinamos experiencia, tecnología de planificación 3D y un equipo multidisciplinar para ofrecer soluciones efectivas a pacientes con maloclusiones complicadas. Si sospechas que tu mordida no encaja correctamente o padeces molestias por una mala oclusión, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 Solicita tu cita en Clínica Orthofacial y descubre cuál es tu tipo de mordida dental y cómo mejorarla de forma definitiva.

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